La Princesa

Mil discusiones pre-boda: cómo sobrevivir a ellas

Han pasado unos meses desde que decidisteis casaros, ha sido muy emocionante comunicarle a todo el mundo la gran noticia, recibir felicitaciones e imaginar cómo será vuestro día especial. Esto, como es normal, genera expectativas, ilusiones, nerviosismo pero también momentos de inseguridad tanto personal como en la pareja. Vuestra relación goza de una excelente salud, está fuerte y vital para enfrentaros a una vida juntos y sobre todo, al reto de entenderos día a día.

Los preparativos son decisiones que se tienen que tomar a un ritmo acelerado, son muchas, pero vamos a elegir un clásico ejemplo…

Él: “¿Invitamos a los amigos de nuestros padres?”
Ella: “Bueno…pero… ¿entonces como no invitamos a los compañeros de trabajo?”,
Él: “Pues porque se nos dispara la lista de invitados…hay que cerrar, ¡reducir el círculo!”
Ella: “¡¿Y por qué invitar a los amigos de tus padres que he coincidido dos veces con ellos?!”
Él: “Ya te dije que este compromiso no lo podía evitar, no puedo hacerle esto a mis padres…de hecho, ya he cedido en la elección del menú, ¡siempre trago yo!”
Ella: “¿Lo ves? Sabía que esto iba a pasar…me dijiste que no te importaba y ahora aprovechas la oportunidad…desde luego…¡tranquilo! ¡qué ya lo sé para la próxima vez!…”
Él: “Encima que lo hice por ti…”
Ella: “En fin…haz lo que te dé la gana…”

En el caso de las bodas, la avalancha de decisiones pueden llevar a verdaderas crisis de pareja, el estrés, el cansancio, el perfeccionismo, la competencia o las presiones familiares pueden dañar gravemente la relación.

Discutir no tiene por qué derivar en un problema, ya que, significa que se está consensuando y qué nos importa la opinión del otro. Pero claro siempre que deriven en buen puerto y no en una lucha de poder. Convertir esta etapa en una guerra tú y tu pareja es una enfermedad muy común que puede dejar secuelas y puede provocar hasta, en el peor de los casos, la ruptura. Por tanto, atentos y atentas a las preinscripciones:

En cualquier pareja es básica una buena comunicación, digamos que es la sangre de vuestra relación y sin ella no podría sobrevivir. Para que esa sangre circule fácilmente y de forma adecuada, tener en cuenta estos “virus de la mala comunicación” que contribuirán a ensuciar esta sangre y que pueden llevar a la grave enfermedad en tu pareja:

VIRUS 1: CORREGIR O PUNTUALIZAR

“Me parece que ir a Nueva York es perder una oportunidad de viajar más lejos, venga tienes que buscar otro sitio más exótico”
Pocas cosas son tan fastidiosas como sentir que nos señalan cómo debemos hacer esto o aquello para que funcionen correctamente. Si lo hacemos, estamos enviando un mensaje de “tú estás equivocado, yo soy quien está en lo correcto”. Nos damos cuenta que nuestro interlocutor tiene razón, pero el modo como nos lo dice, nos irrita y hace surgir en nosotros el deseo salvaje de transgredir las reglas y buscar revancha.

VIRUS 2: RECRIMINAR

“No podemos poner una alfombra roja en la Iglesia, ¡no ves que ya no se lleva!”

Al censurar, criticar o recriminar, únicamente producimos en el otro reacciones emotivas de rebeldía. El sentirse cuestionados y condenados hace que se dispare una discusión, ya que las emociones en juego son el rechazo y la rabia; y la reacción será que nazca el deseo de escapar o de atacar.

VIRUS 3: ECHAR EN CARA

“He estado callado durante toda la reunión en el restaurante…ni siquiera en mi casa puedo opinar”

El que echa en cara se coloca como víctima. Si yo me pongo en el rol de víctima del otro, lo convierto automáticamente en mi verdugo. Si este último se enfada, me hará aún más víctima, entonces yo se lo haré notar y él será cada vez más agresivo e insoportable. Es un círculo vicioso. Si nos hacemos las víctimas, acabamos por bebernos nosotros todo el veneno producto de la situación que se crea.

VIRUS 4: ¡TE LO DIJE!

“La gente no entiende bien la letra de la invitación, ¡te lo dije!”

Es la frase que nos dicen acto seguido de cualquier equivocación y que genera rabia hasta en el más santo. Es sinónimo de “¿Lo ves?, yo ya lo sabía, pero no me quisiste hacer caso”. Ya tengo suficiente con mi enojo de haber cometido un error, como para que todavía me lo restrieguen. No me ayuda en absoluto, más bien hace que me enfurezca aún más con quien me lo hace notar.

VIRUS 5: RIGIDEZ

“O invitamos a los amigos de mis padres o no invitamos a nadie que no sea familia”.

Amenazar y transmitir un encorsetamiento a nuestra pareja será siempre algo poco productivo, produce en la otra persona actitud defensiva y desconfianza. Pensar que la mejor adaptación viene de mano de ser una persona flexible, si nos dejamos llevar por nuestra ideas limitantes y nos atrincheramos, siempre tendremos más posibilidades de salir dañados y de dañar a la otra persona.

Vacunaros contra estos virus es importante pero no siempre será infalible, es difícil manejar estas tensiones al 100% pero lo más importante es conocer qué no hacer para agrandar o agravar la mala comunicación y por tanto, el enfrentamiento entre vosotros. Si conociendo estos errores comunicativos podéis evitar alguna de las temidas guerras que se libran en la intimidad estaréis reduciendo la posibilidad de contraer la grave enfermedad de la lucha de poder.

Esta primera envestida a la pareja será determinante para forjar vuestro futuro, es un primer reto para soldar aún más la unión entre vosotros y salir fortalecidos.

Marta Gómez Laguna
Psicóloga General Sanitaria

Novias Millennial

La era de las chicas "Peter Pan"

¿Has nacido entre los años 1980 y 2000? Entonces estás dentro de lo que se conoce como “Generación Millennial”. Y, ¿cómo se si soy una de esas novias millenial? Seguramente después de leer este artículo, vas a sentirte (o no) identificada. ¿Por qué se caracterizan las novias de esta generación?

Las chicas millennial no van a seguir las reglas preconcebidas, buscan la comodidad, la naturalidad, la elegancia sin estridencias, el estilo propio y personal, la sencillez, buscando siempre el lado más práctico de las cosas.

Debido a la influencia de las redes sociales, al uso casi diario de internet, a la aparición de las influencers y, en general, a la utilización constante de las llamadas “nuevas tecnologías”, hay ciertas premisas que se antojan ciertas en cuanto a cambios vertiginosos en las modas. Sin duda, esto ayuda a que todas estas características anteriores, todas estas ideas que, hasta hace poco, se dejaban atrás a la hora de organizar una boda, hayan cobrado fuerza y se hayan impuesto entre las chicas de hoy.

Una chica millennial va a recortar gastos a la hora de elegir su vestido. Para ella lo importante no es buscar el vestido más caro del diseñador más en boga, sino la comodidad, sentirse segura con el traje que se enfunda el día de su boda. No es necesario un vestido recargado, con complicados adornos rococós. Un vestido sencillo, puede aportarle el punto de belleza y elegancia que busca. Eso sí, la mirada se sigue poniendo en el blanco en sus diversas tonalidades, como color estrella, aunque las hay que no renuncian a un toque de color para salir aún más de lo convencional. Espaldas infinitas, estilo boho chic, tejidos ligeros y naturales, vestidos en dos piezas o vintage, visten a la novia de esta generación.

El cabello suelto es la opción más elegida. Adornados con flores, con trenzas o diademas, elevan la sencillez a la máxima exponencia. Aunque el maquillaje suele ser discreto, a las novias millennials les gusta mostrar su punto de rebeldía, por lo que unos labios naranjas o rojos a juego con el esmalte de uñas es una opción muy válida.

El ramo de novias se sustituye por otras opciones florales, como bolsos o coronas florales. Aunque si se opta por llevarlo, éste adopta formas originales, minimalistas, con flores silvestres y ramas, o bouquets desordenados que nos sugieren estilos rústicos y campestres.

Las invitaciones y regalos de boda a veces pasan a ser trabajos manuales hechos por los mismos novios, los amigos o la familia de ambos. El Scrap es una técnica que se basa en usar el papel con plegados y troqueles, utilizando también recortes y pegatinas, para hacer libros, tarjetas e invitaciones. Esta técnica también se puede utilizar para hacer las invitaciones de boda, consiguiendo resultados totalmente personalizados y únicos. Supone un ahorro para el bolsillo, aunque eso sí, supone disponer de tiempo y buen gusto para que queden bonitas.

En cuanto a los regalos para los invitados, las novias millennials entienden que puede ser un gasto absurdo si el regalo finalmente acaba en la basura. Por ello, son muchos los novios que optan por destinar ese dinero a un fin social, como aportaciones a diferentes ONG´s. Si lo piensas, ¿puede haber un detalle más bonito?

La celebración de la boda no puede pasar por un aburrido día entre personas y familiares que sólo se invitan por compromiso. Este día ha de ser una fiesta, y como tal se prepara y organiza desde que se fija la fecha. Huyen de formalismos y normas preestablecidas. La lista de invitados se reduce y se limita a toda la gente que les hará sentirse bien ese día.

Por descontado, saben que el escenario donde se celebre el enlace matrimonial ha de ser recordado por todos durante toda la vida. Por eso buscan lugares originales, diferentes, que les sugieran recuerdos de momentos únicos: quizás un viejo almacén que se pueda personalizar para ese día con un estilo vintage, una vieja estación abandonada, un lugar con vistas especiales al mar, una bodega, o una casa en el campo decorada con estilo para la ocasión. Lo interesante es no perder la elegancia y, ante todo, ganar originalidad.

En este punto, entran en juego los menús divertidos y diferentes para el gran día. Todo está permitido: un recinto al aire libre con unas furgonetas food truck, barras autoservicio, cenas tipo cocktail…, sin olvidar un rincón especial para la bebida o drink corner.

Definitivamente, ¿eres una novia millennial?

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La tradición más extendida: algo nuevo, algo viejo, algo prestado y algo azul

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